WHY WE RIDE

Durante mi vida he tenido muchas motos y por lo tanto, marcas. Pero siempre  tuve mi ojito derecho, Indian. Leí mucho sobre su historia y estuve seguro que un día volvería más fuerte que nunca reclamando su sitio en el mundo de las dos ruedas. Por suerte no me equivoqué.
Justo hace un año que vi cumplido uno de mis mayores sueños, ser propietario de una Indian. Durante este año he hecho más de 10,000km con mi Scout Bobber, travesado Pirineos, incluso salido del país. Si pudiera volver a comprarla, lo haría con los ojos cerrados. Si juntas mi pasión por la fotografía e Indian, os da el resultado que tenéis en fotografías.

Hay quien tiene una moto, y hay quien tiene un deseo. 5 largos años desde que vi por primera vez la que sería la moto de mis sueños, tiempo durante el cual he tenido oportunidad de comprar cualquier otra moto, pero, mi deseo era tener una Indian Scout.

Me llamo Jesús aunque muchos me conocen como Zortex. Lo mío con la Bobber fue amor a primera vista, empezó siendo algo platónico, casi imposible, hasta que me subí en una y durante una par de horas nos conocimos íntimamente recorriendo las curvas que llevan al Tibidabo en Barcelona, en ese momento supe que iba a ser mía. Ahora ya no es solo un sueño, y gracias a esta pasión, he conocido grandes personas, hermanos de asfalto. He vivido grandes aventuras y seguro que viviré muchas más que están por llegar.

Hola a todos. Mi historia comienza en el verano de 2021, cuando un amigo y cliente del camping donde trabajo me invitó a que lo acompañase hasta Girona para hacerle una reparación a su moto (Harley customizada). En ese entonces yo tenía una Yamaha MT07.  Vale mencionar que soy motero desde los 14 años y que he pasado por varios estilos de moto en todo este tiempo. Y siempre con el gusanillo de llegar algún día a disfrutar de una verdadera moto custom. Solo que esto no ha de ser apresurado; el momento de ‘la llamada’ llega solito. Bien, continúo con la historia.  Cuando llegamos al taller, para mi sorpresa, resultó ser un concesionario Indian! Mi primera visita. Juro que nunca había visto una Indian en directo (no me juzguéis por ello, jeje).  Y entonces… sucedió: Amor a primera vista. Quedé prendado, enamorado de la Indian Scout Bobber. Me dije y le dije a mi compañera: -esta es “la moto definitiva”, la que elijo y me elige para acompañarme en mis próximas rutas, aventuras y anécdotas de viaje-. Desde entonces puse rumbo fijo para llegar a la Indian. Lo que al fin sucedió en enero de este año. Y cómo fué?  Pues no me fue fácil, debo admitir, pero me gusta retarme. Para conseguirlo tuve que tomar decisiones importantes como vender mi otra moto y mi coche, básicamente para llegar a reunir el dinero justo y necesario porque no contaba con nada más. Decisiones importantes como depositar mi confianza en la Indian como único medio motorizado de transporte. Y convencer a mis hijos (12 y 9) de que de ahora en más solo habría moto en la casa de papá y que la logística de movilidad sufriría algunos cambios (nada a lo que no nos pudiéramos adaptar ;). Pero no crean que me he dejado llevar solo por una idea alocada o una aventura impulsiva. El espíritu aventurero ya lo llevo en mi adn, eso si, pero también hace ya unos años que voy incorporando a mi vida la filosofía del minimalismo. Este ha sido un paso más y estoy feliz de haberlo conseguido. Y para celebrarlo, junto con mi compañera de camino y vida (Mónica), hicimos nuestro primer viaje primaveral a Cadaqués, desde donde comparto estas fotos guapísimas. Y hasta aquí mi historia de cómo fui a parar a un concesionario Indian y cómo conocí y me enamoré de la Scout Bobber.  Pero no os conté qué me sucedió cuando la monté por primera vez; cuando la acaricié; cuando la encendí; cuando puse primera y salimos… En ese mismo momento todo conectó y el mundo se redujo a ‘ella y yo’. Y nos juramos lealtad, hasta que la muerte nos separe.

Empecé a montar una moto de 125cc hace mucho tiempo. La cilindrada no hace al motero, pero las decenas de miles de km que he pasado tras su manillar lo demuestran. Forjan el espíritu y la experiencia. Mi sueño era montar una moto americana. En 2007, durante la Exposición de Motos de París, en el estand de Polaris, descubrí tres máquinas Victory y pedí información. A principios del 2011 pedí mi Vision, un poco locura, sabiendo que había muy pocos concesionarios en Francia.

ARNAUD - LUXEMBURGO

SCOUT BOBBER

Me llamo Clare Smith, tengo 44 años, mido 1,60 y hace 6 años que tengo carné de moto.
La primera moto que tuve al sacarme el carné fue una Victory Gunner, que monté durante 1 año para después pasarme a una Indian
Roadmaster.
El Tigrecito en la parte trasera de mi moto lleva conmigo desde que me saqué el carné.
Aún tengo las dos motos y me encanta conducirlas. También me encargo yo de todo el mantenimiento, con la ayuda de mi familia, y suelo salir con familiares y amigos que habían tenido muchas motos, pero que ahora sólo montan Indians. Salimos con todo tipo de climas, y como vivimos en el norte de Inglaterra, no es algo que se ve a menudo.

Hola. Me llamo Martin y vivo en Grimsby, en el noreste de Inglaterra y llevo montado Indians desde el 2018. Aunque monto en moto desde 1980, me cambié a Indian desde una Triumph. Aquí tenéis algunas fotos de mi moto. Mi Springfield en el puerto de Grimsby.

Nuestros nombres son Horia Iacob y Mihaela Birescu. Los dos motoristas, enamorados gracias a esta pasión, y ¡porqué las parejas que montan en moto juntas, permanecen juntas! Somo un poco nómadas, nacimos en Rumania, pero ahora vivimos en Hungría… Sí lo sé… Desde que empezamos hemos rodado por toda Europa y montamos Indians. Mi mujer tiene una Scout Bobber 2018 y yo una Chienftain Limited 2019. Estas motos son nuestra viagra… jajaja… sí, porqué tenemos un estilo de la era dorada de los 50. Así que… disfrutamos de nuestros días felices con estos dos ponis… Las disfrutamos y las montamos…cómo si las hubiéramos robado…jajaja. Vamos, que no creo que montemos ninguna otra marca porqué Indian es nuestro capricho… Monta con orgullo… ¡Monta con la tribu!!!!